Ahora resulta que el derrame de crudo registrado en la Estación de Bomberos número 7 de Petróleos Mexicanos (Pemex), en San Martín Texmelucan fue un simple “escurrimiento”, y que este “escurrimiento” provocó acciones preventivas en lugares estratégicos del río Atoyac.
Dicho de esta forma tan técnica resulta “un hecho aislado”, pero explicado con manzanas ¿cómo se explicaría?
Si tomamos en cuenta que por el oleoducto de 30 pulgadas denominado Nuevo Teapa-Tula-Salamanca cruzan miles de litros por segundo, ¿cuánto líquido se fugó en el “escurrimiento? y porque el gobierno de Puebla lo tomó tan a la ligera.
Tal vez porque en las casas de nuestros gobernantes no les fueron a tocar en la madrugada para decirles que se salieran corriendo que había otra fuga, perdón “escurrimiento”
Tal vez por esto, el gobierno se conformó con una simple explicación y salieron al quite diciendo que “ya todo estaba controlado”.
Seguramente nadie de nuestros gobernantes tiene sus ropas impregnadas con el olor a petróleo, su casa menos.
Cómo es posible que existan empresas como El Dragón, de Izúcar de Matamoros, clausuradas totalmente porque hubo fuga y en el caso de Pemex sólo les reciban una simple explicación, y que no se anuncien sendas investigaciones para informar si todavía es seguro vivir en San Martín Texmelucan.
Todo lo que aquí le digo se fortalece con lo ocurrido el 24 de diciembre del año pasado, cuando una fuga o “escurrimiento” provocó una serie de explosiones y dejo saldos lamentables que ningún poblano olvida, sobre todo quienes estuvieron presentes la madrugada de las explosiones.
Lo de ayer fue otra madrugada de miedo, familias que salieron corriendo al pensar que otra pesadilla estaba por venir.
Si en esas estamos, que unos presentas “escurrimientos” y otros se hacen de la “vista gorda”, sería necesario que en esa zona se colocara un hospital psiquiátrico para atender a todas esas víctimas de “escurrimientos” que se van a seguir dando hasta que alguien, que lógicamente no va a ser el gobierno poblano.
Le aseguro que a partir de ese 24 de diciembre trágico muchos texmeluquenses no duermen, y después de lo ocurrido ayer muchos van a necesitar psicoanalistas que los ayuden a enfrentar “escurrimientos” de petróleo.
“Huele a crudo”

El correo de los muertos
De policías de San Francisco a golpeadores
“Sr. Alfonso Ponce de León, estoy totalmente desconcertada, y más por la inseguridad que impera en nuestra ciudad de Puebla. Es que no puede ser posible que sea tan inepta, estúpida, porque le digo lo anterior, el pasado viernes 17 de junio del presente acudí a las famosas Piñas de Valsequillo junto con mis amigos, en particular al local llamado Las delicias de las piñas. En el tiempo que estuvimos ocurrieron dos incidentes con los cadeneros y clientes; nosotros pensamos que por cuestión de pasado de copas pasó eso, pero gran sorpresa me llevé cuando me percaté de que no fue así. Como a las 12 de la noche cuando salimos de ese lugar, uno de mis amigos le tomó fotos al lugar, desde fuera del local, y sólo por eso los señores de seguridad que por cierto portan playeras de Seguridad Pública de San Francisco Totimehuacán, se le lanzó a golpes sin decirle agua va; así mi otro amigo tratando de calmar la situación lo agredieron de igual manera los demás, no importándoles que les gritábamos que ya los dejaran hasta dejarlos casi inconscientes y amenazándonos literalmente “a la chingada pendejos, sino les va a cargar su madre”. Al mismo tiempo ocultando las pertenencias de mis amigos que se las habían quitado en la golpiza que habían recibido. Marque al 066 para que nos ayudaran y protegieran supuestamente y nunca llegó ni una cochina patrulla ni nada por el estilo. Estoy totalmente angustiada, llena de coraje porque nuestras autoridades no actúan y ayudan a este tipo de personas y establecimientos que sigan dando el servicio de muerte…. Espero esto se sepa al menos por medio de su columna ya que por lo que nos corresponde o al menos a mí, jamás vuelvo a ir a ese lugar de MUERTE-”
Hasta aquí la carta

Nos vemos cuando nos veamos
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