Las segundas partes nunca son buenas, dicen los que saben; sin embargo todo parece indicar que en Teziutlán será al contrario.
Este jueves, el presidente municipal Carlos Peredo Grau rindió un informe sobre los primeros 120 días de gobierno, y las tablas que demostró fueron evidentes.
Independientemente de la agilidad para hablar en público —la cual se puede aprender en un curso intensivo de dos semanas— el alcalde manejó los datos, las cifras, los proyectos y al público, como Miguel Ángel Cornejo a sus seguidores.
Hace como cinco años que conocí a Peredo en el desaparecido programa de radio Zona Cero que conducía al lado de Enrique Núñez, en la 1010 de AM. El “priista” llegó a una entrevista para hablar de las obras que realizaba en aquel entonces el ayuntamiento, pero con una actitud que dejaba en evidencia su personalidad egocéntrica, pues hablaba más de él mismo que de los avances y/o rezagos del municipio.
Para ser honesta, el hecho de que se convirtiera nuevamente en candidato a presidente municipal, y además ganará la elección, me sorprendió porque los comentarios sobre su administración anterior no eran muy favorables que digamos.
Ayer en el teatro Victoria, Carlos Peredo informó los avances efectuados a cuatro meses de haber llegado a la presidencia, y si comparamos con el resto de los municipios —incluida la capital— hasta ganas daban que el “señor ególatra” se venga a al palacio de Charlie Hall.
40 millones de pesos invertidos en diversos programas. Construcción de calles con concreto hidráulico. Relleno sanitario. Rescate de zonas turísticas. Bueno, hasta implementación de Policía canina…
Ooooh.
Fuera de halagar a nuestro personaje, que tampoco es para tanto, vale la pena resaltar que Teziutlán podría ser el ejemplo de los beneficios que podría tener una Reforma Electoral para permitir la reelección de presidentes municipales, o por lo menos la ampliación de sus periodos.
Tres años de gobierno nunca serán suficientes para transformar un municipio; sin embargo, si los electores decidieran votar nuevamente por el presidente en turno, primero sería porque algo hizo bien y en segundo lugar, el político se vería obligado a realizar su trabajo lo mejor posible, pues a todos, pero a todititos les encanta la silla, ya que representa dinero, fama y poder.
No es lo mismo llegar con conocimiento de causa de cómo funciona el changarro, a investigar primero qué hay que hacer, en el segundo año medio hacerlo y en el tercero no terminarlo porque hay que limpiar la casa para el próximo inquilino. Qué tal que es del otro bando.
Dicen que más vale malo conocido que bueno por conocer.
Ojalá y Teziutlán, que nuevamente está en manos de Carlos Peredo Grau, sea beneficiado con la repetición del alcalde y los diputados dejen de legislar con base a intereses partidistas y piensen, aunque sea por decencia, en los ciudadanos.