Ocurrió el pasado viernes 22, mero día de la fiesta patronal de Santa Magdalena donde las calles de Xico, Veracruz, recibieron a miles de aficionados para ver y correr con los toros en las calles de esa muy pintoresca población. Por la tarde abarrotaron la plaza “Alberto Balderas” para ver lidiar bellos berrendos, aparejados y alunarados de “Coyotepec”, propiedad de José Ángel López Lima.
Fue en el segundo de la tarde cuando al conceder este juez una oreja al michoacano Israel Téllez, quien de manera insistente y muy notoria manifestó su desacuerdo con el otorgamiento de una peluda, cosa que resultaba muy poca para él, inició de inmediato la manifestación de inconformidad con gesticulaciones y aspavientos que claramente decían: “¡Cómo es posible, si yo me merezco más!”
La protesta fue muy enérgica... por parte de él y su cuadrilla, claro, él es que les paga. Desgraciadamente para el coletudo, no encontró respuesta o apoyo en los tendidos, y al entregarle el alguacil el trofeo, de manera grosera lo rechazó. Ante la insistencia del alguacil lo recibió, arrojándolo de inmediato a la arena del ruedo para llevarse la rechifla de su vida.
Después de ello, vinieron los gritos del respetable, unos decían: “una... una... una”, haciendo alusión a que la faena había sido de una sola oreja. Otros gritaban: “multa... multa… multa”.
Lo cierto es que sí procedía la multa. El causal: desacato a la autoridad, así como insultos y falta de respeto a la misma autoridad, al público y sobre todo a sí mismo.
Lo de desacato, desobediencia a la autoridad con todos los agravantes de alevosía, además con el hecho de que según los Reglamentos Taurinos, los actuantes están obligados a acatar, obedecer de inmediato cualquier orden o indicación del juez, debiendo aceptar la primacía jerárquica de quien preside la corrida.
Si no se le detuvo y encarceló en este caso, fue que por ser corrida de feria, con todas las fuerzas públicas entretenidas en cuidar el orden y buen gobierno, estando por iniciarse el baile de feria y en las calles con multitudes en el deambular post-xiqueñada no fue posible multarle, tampoco detenerle.
Vino su segundo, que hacía quinto de la tarde. El toro caminó y parecía que la faena iba a ser de grandes vuelos, pero el exceso de capotazos para colocarle banderillas le restó muletazos y todo quedó en una faena y estocada premiable con una sola oreja; sin embargo, este juez —atendiendo a la euforia de los feriantes— otorgó las dos peludas y ¡Oh sorpresa! El matante quería también ¡El Rabo!
Apoyando su reclamo nuevamente con sus cuadrilleros que ya tímidamente y sin entusiasmo le apoyaban en la tonta petición, el matante, después de dar la vuelta al ruedo, se presentó caravaneante bajo el palco del juez en actitud más conciliatoria que agradecida, no faltó el grito genial del tendido alto, la sabiduría del pueblo: “Lo arrastrado NO te quita lo mal educado”
Mientras tanto, este fin de semana arranca el domingo la feria de la “Perla de la Sierra”. Teziutlán viste de luces su plaza El Pinal para ver partir plaza al caballero en plaza Eduardo Rubí, quien permitirá la pega a los forcados de Teziutlán. Otros dos toros de San Antonio de Padua serán lidiados por los matadores: Antonio Romero y Alfonso Mateos, para luego dejar paso a los novilleros Karla de los Ángeles, en su campaña de reaparición, y Gerardo Martínez. La plaza la cerrará el becerrista Sebastián Palomo. Cartel para todos los gustos.