Indudablemente las redes sociales llegaron para transformar la comunicación y para abrir nuevos espacios libres de expresión. En ellas encontramos información de toda índole, desde los textos más absurdos, chismes, chistes, noticias, hasta verdaderas obras de arte.
Sin embargo, toda nueva forma de expresión tiene consecuencias y en ocasiones no muy gratas, como lo sucedido en Veracruz donde dos personas irresponsables en el uso del Twitter fueron acusadas de terrorismo, delito federal que no alcanza fianza.
Luego de los hechos, el Congreso veracruzano ayer aprobó la modificación a su código penal, con lo que los personajes antes mencionados, tendrían la oportunidad de salir bajo fianza o cumplir una condena de uno a cuatro años de prisión. “Se castigará a quien por cualquier medio, afirme falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros, de ataques con arma de fuego o de sustancias químicas, biológicas o tóxicas que puedan causar daño a la salud ocasionando la perturbación del orden público, se le impondrá prisión de 1 a 4 años y multa de 500 a mil días de salario.”
Hasta ahí de acuerdo. La manifestación de pensamiento en las redes sociales no puede ni debe permitirnos amedrentar o vulnerar la tranquilidad de una o varias personas con amenazas que pongan en riesgo a nosotros o a nuestras familias, sobre todo cuando la inseguridad está a la orden del día. La modificación deja en claro los tipos de mensajes que se convertirían en delito.
Imagínese usted que un par de irresponsables, por no tener nada que hacer o hacerse los chistosos, suban al Twitter textos en los que adviertan de balaceras en la escuela de sus hijos, o aseguren que hay una bomba en la oficina donde trabaja su esposa o cualquier tipo de estupideces que provoquen que una persona pueda perder la vida por un accidente o un susto.  
Lo preocupante sería que los diputados poblanos pretendan también modificar el código penal, pero no para tipificar el ejemplo anterior como delito, sino hacer cambios a la ley al fiel estilo morenovallista e intenten impedir la libertad de expresión y de prensa en las redes sociales.
No lo dude ni tantito, pues existe un claro ejemplo de la intolerancia a la crítica en el actual gobierno, por lo que no dudo que en cuanto reinicie el próximo periodo ordinario de sesiones los empleados del mandatario Rafael Moreno Valle que trabajan en la 5 Poniente pondrán sobre la mesa la posibilidad de controlar los que se dice en Twitter.
Al tiempo.