Hace un par de semanas el Senado de la República aprobó una minuta que establece “que los establecimientos mercantiles no podrán vender o suministrar bebidas alcohólicas mezcladas con bebidas que contengan cafeína”. De acuerdo con el documento, este tipo de combinaciones provoca daños a la salud del consumidor que van desde arritmias cardiacas temporales hasta posibles paros cardiacos.
Ahora resulta que a un flamante senador panista, de nombre Ernesto Saro Boardman, se le ocurrió prohibir la venta de estas bebidas. En su mente registró que hacer ilegal la medida que “evita” el consumo de las mismas. La minuta tiene tales lagunas que los consumidores asiduos a ingerir este tipo de bebidas combinadas tendrán la oportunidad de pedirlas por separado y hacer su propia mezcla. ¿Eso también estará fuera de la ley?
De entrada, me declaro fan de las famosas Perlas Negras, bebida que contiene Jägermeister —licor de hierbas alemán— combinadas con una lata de bebida energética B:osst. Es verdad que la combinación de alcohol con energizantes provoca en quienes las consumen en exceso una reacción eufórica. Me pregunto, ¿qué tipo de etílico no lo hace?
¡Por favor!
En este país, a partir de los 18 años cuando se cumple legalmente la mayoría de edad, uno es responsable de sus actos. Se supone que quienes ingieren este tipo de shots cuentan con la capacidad para decidir lo bueno o malo para su persona o cuerpo.
El afán de los panistas de convertir a la sociedad mexicana en una especie en peligro de extinción, con actitudes “éticas, persignadas y moralistas” simplemente no tiene explicación. Un país, una sociedad, una comunidad no basa sus valores en lo que hace o deja de hacer. La palabra “prohibido”, por naturaleza provoca en los seres humanos la inquietud de probar o experimentar lo que no está permitido. Por qué insistir en limitar a un sector que está ávido de crecer, como es el caso de los jóvenes.
Creo firmemente que México requiere de una completa transformación no sólo en su política social o económica, sino educacional, pero esto no implica que nuestros legisladores panistas estén más preocupados por los temas que atentan contra sus ideologías moralinas que por mejorar el desarrollo fundamental de una sociedad.
La insistente negativa de no ver la realidad a la que nos enfrentamos los ciega a cualquier tipo de avance al que podamos aspirar. La ausencia de tolerancia, aceptación y visión de un gobierno que sólo limita de la realidad nos lleva a un estado retrógrado.
¿Y las iniciativas que verdaderamente representan un cambio para nuestro país?
Por ejemplo:
¿El mando único de seguridad?
¿La reforma fiscal?
¿Las leyes de salud?
Por qué no dejan de meterse en las decisiones individuales y se ponen a trabajar en temas de verdadera relevancia.
Seriedad, señores.