A propósito de Ángel Sainos
Al ganadero Sergio Hernández Weber
Mi muy estimado ganadero:
Enterado de tu próxima participación en el festival benéfico que se dará en Puebla el viernes 3 de febrero por la noche, quiero, no elogiar —los elogios no son válidos entre amigos— pero sí comentar tu buena disposición para torear un novillo que supongo será de Rancho Seco y sobre todo resaltar la importancia que el entusiasmo de todos ustedes, los actuantes tienen y representan para el recipiendario de los beneficios del festival, el maestro de la cámara Ángel Sainos. Y esto de maestro tampoco es un elogio, pues Ángel tiene estudios en comunicación y diseño y como tal, como maestro, se ha desempeñado en diversas universidades y cursos en Puebla. Pues bien, fue el domingo 1 de enero, por la mañana, esperando su llamada para juntos trasladarnos a la corrida de Año Nuevo, en Apizaco, cuando sorpresivamente recibí llamada pero de su hermano Ariel (video-camarógrafo), que me pedía de manera urgente me trasladase —omito detalles familiares— pues Ángel había sufrido un asalto y se encontraba severamente golpeado. Después de la valoración inicial, preocupante, indiqué su rápido traslado al Hospital General de Puebla, mismo que por esas fechas se encontraba saturado, por lo que Ángel fue ingresado, primero a Urgencias del Hospital Christus Muguerza, de la Universidad Popular de Puebla, quedando a cargo del doctor Juan Carlos Pérez García, excelente neurólogo y además directivo de esa institución hospitalaria. Quiero aclararte de manera enfática que el estudio tomográfico de cráneo mostró un coágulo ubicado por detrás de la fosa orbitaria del ojo derecho, producto de la hemorragia intracraneana por la golpiza propinada a nuestro amigo fotógrafo. Esto se ha difundido bastante, pero es falsa la creencia de que el coágulo se ubicaba en el ojo izquierdo, siendo la verdad que esta formación estaba por dentro de la bóveda craneal, en lo que es el piso anterior de la base del cráneo. Afortunadamente la evolución de Ángel ha sido satisfactoria gracias a los cuidados del doctor Juan Carlos Pérez, quien le mantuvo hospitalizado por cuatro días; el último estudio de tomografía muestra la casi total reabsorción del coágulo.
Mi estimado Checo, quiero decirte que de no haber sido así, hubiera sido mandatoria la extirpación quirúrgica, drenaje del coágulo por craneotomía. Gracias a Dios que tal cosa no ocurrió, pero para acabarla de fastidiar Ángel es diabético, padece “Diabetes Juvenil”, lo que —sí no ha complicado las cosas— ha hecho lenta su curación. Por el momento, excepto las cifras astronómicas de glucosa que maneja, su evolución es muy favorable. Le vi el jueves en su casa y puedo afirmar que su ubicación en tiempo y espacio es buena. Ha recuperado la memoria retro y anterograda, decir, recuerda hechos recientes y del pasado. Pero sabes Checo, el viernes —veinte días después— fue su primera salida ambulatoria. Le tuve en mi centro de trabajo (Centro de Salud, obvio, no plaza de toros) para chequeo y control de laboratorio. Ángel se encuentra muy bien pero ya van 24 días sin trabajo, más lo que falta para su recuperación total. El trabajo de Ángel es tras las cámaras, en los callejones, en el campo, a tientas y embarques con un equipo, herramientas de trabajo que le fue robado de manera por demás violenta y salvaje. Él es gente que vive al día y de su trabajo diario. Por eso encomio tu participación en su festival benéfico, así como la de los matadores Uriel Moreno, José Rubén Arroyo, quien vendrá desde Chihuahua, Alfonso Mateos y Angelino de Arriaga. Aquí aplica aquello tan importante de: “Hoy por ti, mañana por mí”.
Ojalá y el público responda. Es precisamente mi intención, al escribir esto que aficionados y taurinos, todos quienes, no una, sino múltiples veces hemos disfrutado de las fotos y reportajes que nos regala en la web, y así se enteren de la situación real del maestro Ángel Sainos, a quien muy pronto, pese a la saña de sus agresores, veremos nuevamente en esos callejones de las plazas de Dios.
Saludos y un abrazo.
Puyazos con la punta de la pluma