Tras lo ocurrido el domingo (no en el Súper Tazón, sino en la elección panista), en Puebla se pondrá sabrosa la elección del Senado, pues a nivel estatal ya vimos que la línea la impone Rafael Moreno Valle Rosas, pero a nivel ciudad Eduardo Rivera lleva mano.
Javier Lozano Alarcón podría salir raspado por el triunfo de Vázquez Mota, mientras que Augusta Sánchez Díaz de Rivera, “Tití”, tiene una ligera ventaja. Y hay que decir “ligera” porque en el estado la estructura es del gobernador, y después de todo en las elecciones lo que cuenta es el grupo que tenga más canicas.
No obstante, le da una ventaja porque la línea puede cambiar, ya que la candidata presidencial buscará tener gente de su equipo.
Obvio, Augusta no es una mujer muy brillante que digamos, su mejor participación como diputada federal fue criticar a Fernández Noroña, pero eso es como hacer bromas sobre el “Samy” o pegarle a un payaso en una feria.
Quien sale victorioso en este momento es el alcalde Eduardo Rivera, pues desde un principio apostó por la candidatura de la señora Vázquez Mota.
Ya no importa ponerse técnicos de quién ganó o quién perdió en el estado, eso sólo sirve para medir las estrategias y las fuerzas a la larga, al alcalde lo pone bien con la mujer que abanderará su partido. Si gana la Presidencia, esa ya será otra situación.
No hay que hacerse, todavía, chaquetas mentales.
Eduardo Rivera tendrá derecho de picaporte con la mujer que nació en la Sierra Nororiental de Puebla.
De ahora en adelante lo que importa es que para las elecciones del próximo año ya sabemos quién tendrá más fuerza en la ciudad y qué grupo tendrá más potencial para el estado.
Tampoco hay que decir que Josefina Vázquez Mota ninguneará al gobernador poblano, no. Eso no puede ocurrir por la simple y sencilla razón que lo necesita para ganar.
A lo mejor no es cercano, pero en la política los intereses tumban hasta a los adversarios, así que aunque pierde el candidato del gobernador, Ernesto Cordero, la tal “Chepina” lo necesita para el proceso electoral constitucional.
Lo cierto es que el PAN en Puebla demostró, por primera vez en su existencia, que sabe luchar una guerra de puercos contra marranos.
Recordó una elección priista en donde la torta, la despensa, los 250 pesos, el frutsi, los camiones, el acarreo y los tamales, regresaron a la escena. Digamos que en el estado ganó quien sabe hacer la tradicional e inmortal “mapachería”.
Ahora sabremos cómo serán los comicios en Puebla de aquí en adelante. Estas prácticas que tenían copyright de los tricolores pasaron a manos blanquiazules, y vaya que sí saben cómo hacerlas.
Ya vemos cómo se ejerce el poder en esta entidad, y eso también implica los comicios de un partido en lo que se jugó el todo por el todo.
Pero esto apenas comienza. Veremos en muy poco tiempo cómo se acomodan las fuerzas y estaremos muy pendientes de la elección entre Javier Lozano y “Tití”.
Ese final casi suena a que será muy cerrado, aunque da la impresión que al final el exsecretario del Trabajo se colocará en el primer lugar de la fórmula por muy poco. Será final de fotografía.
Crónicas Marxianas