Los priistas se cansaron de decirlo, principalmente su exdirigente Juan Carlos Lastiri Quirós. En cada oportunidad que tenía Lastiri señalaba una y otra vez que esta contienda electoral iba a servir para ubicar a cada quien en su justa dimensión.
Esto, con relación a la salida de varios integrantes del PRI, que fueron a engrosar las filas del Partido Nueva Alianza, muchos de ellos inducidos y convencidos por los operadores del morenovallismo.
Muchos pensábamos que la migración priista hacia Nueva Alianza, consentida e impulsada desde Casa Puebla, iba a golpear de una manera importante al PRI y entre estos me incluyo yo, pero la realidad —como lo dijo en su momento Lastiri— comienza a demostrar que no es así y que tal vez con el tiempo muchos de los priistas que se dieron a la fuga se pueden arrepentir.
La salida de priistas para encabezar candidaturas dentro de Nueva Alianza, hasta el momento, una vez que ha iniciado la campaña electoral, es poco significativa en los números. La dupla de Nueva Alianza al Senado de la República no incide de manera directa en un desplome de las preferencias electorales a favor del PRI o el PAN, quienes demuestran una vez más que en Puebla la pelea será entre estas dos fuerzas políticas, que han establecido un bipartidismo en la entidad, difícil de romper.
No es fácil que una nueva marca penetre entre el electorado poblano, así lleve como candidatos a gente conocida, bien porque haya desempeñado cargos públicos o de elección popular.
Retomando el tema, la dupla al Senado integrada por Víctor Hugo Islas Hernández y Enoé González Cabrera en números representan 4.1 por ciento y 3 por ciento de las preferencias, respectivamente. Su presencia en este proceso electoral más bien parece estar encaminada a hacer el trabajo sucio contra la candidata del PRI al Senado, Blanca Alcalá Ruiz.
Si bien los candidatos al Senado despiertan cierta simpatía entre el electorado por ser conocidos y contar con una trayectoria política, la marca no les ayuda en nada, ya que en lo que se refiere a la contienda por el Senado de acuerdo con la empresa Centro de Estudios Consultivos, Nueva Alianza sólo tiene 0.1 por ciento de las preferencias, es decir, la marca no les ayuda a los candidatos.
En lo que respecta a la contienda por las diputaciones locales, el partido magisterial deberá invertir mucho y trabajar más para lograr hacer competitivas a sus 16 fórmulas. Sus mejores resultados los registra en distritos como Teziutlán, Tepeaca, el distrito 9 de Puebla, el 14 de Izúcar de Matamoros y el 15 de Tehuacán.
En estas demarcaciones es en donde de acuerdo con los números, los aliancistas puedan dar la batalla con sus candidatos Gudelia Tapia, Eric Lara, Luis Alberto Arriaga, Enrique Nácer y Eduardo Farjat Lezama, respectivamente, pero están muy lejos de obtener el triunfo.
En realidad en torno a los candidatos de Nueva Alianza se tejió, y nuevamente me incluyó entre este grupo, una especie de mito y se sobredimensionó el peso real que tendría este partido en la contienda de este año.
La campaña que recién acaba de iniciar tal vez modifique estas tendencias iniciales y tal vez logre hacer que Nueva Alianza obtenga los 200 mil votos que se le prometieron a la maestra Elba Esther Gordillo, pero les va a costar mucho trabajo.
En Puebla el bipartidismo está muy bien marcado, el elector difícilmente opta por una nueva opción política por más que se le invierta y por más apoyos que se les den.
El gobernador Rafael Moreno Valle Rosas lo sabe muy bien, sin las siglas de Acción Nacional difícilmente hubiera ganado en la pasada contienda electoral de 2010 y es que, les guste o no, el panismo en Puebla tiene uno de sus bastiones, lo mismo que el PRI, a pesar de todo el desgaste que arrastran estos partidos políticos.