Por el legado que nos dejó en El espejo enterrado, escrito con motivo del quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos, la Fiesta Brava también está de luto. Con la genialidad de su mente clara escribió: “El matador es el protagonista trágico de la relación entre el hombre y la naturaleza. El actor en una ceremonia que evoca nuestra violenta sobrevivencia a costa de la naturaleza. No podemos negar nuestra explotación de la naturaleza porque es la condición misma de nuestra sobrevivencia. Los hombres y mujeres que pintaron los animales en las cuevas de Altamira ya sabían esto”.
En defensa de la Fiesta, sentenció que es un conflicto “entre la naturaleza y la voluntad humana en el que en el fondo, al final, el que de verdad perece es el torero y el toro siempre sobrevive”. Una expresión tan clara y con visión futurista sobre lo trascendente del toro sólo podía venir de la pluma del maestro Fuentes.
Debemos recordar también que en el año de 2003, con motivo del arranque de la célebre Feria de Sevilla, la Junta de Gobierno de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, institución nobiliaria, dio al escritor mexicano —Premio Cervantes— la encomienda de actuar de pregón anunciando en el teatro Lope de Vega de Sevilla el inicio de la temporada taurina de esa capital, siendo esa la versión XXI del Pregón Taurino de Sevilla, un gran honor para él y para México. Quienes tuvieron el privilegio de estar ahí exclamaron: “¡Vaya pregón!”
Y en homenaje, despedida al maestro, escribimos algunas líneas sobre su obra en el pasado reciente: Dejó escrito Sobre personas, libro que acababa de terminar y próximo a salir a la luz en edición que será póstuma. También dejó entregado a sus editores el libro Federico en su balcón y, según sus últimas entrevistas, su nuevo proyecto era la novela El baile del centenario.
También justo es comentar algunas de sus frases más recientes: “Yo siempre he pensado en el primer lector de un futuro libro que aún no nace y que descubrirá mi obra dentro de 50 años”. (2007)
“La función del escritor no es aplaudir a los políticos, sino criticar en el buen sentido de la palabra y ofrecer soluciones”. (2008)
Siempre actual en su pensamiento, en 2009 expresó: “México es la nueva frontera del narcotráfico. Lo fue Colombia durante mucho tiempo, pero luego se trasladó a mi país, que es una frontera muy cómoda para los narcos por su proximidad con los Estados Unidos”.
Hace un par de meses dijo a Carmen Aristegui: “Veo una diferencia enorme entre los problemas que nos agobian y los candidatos; los problemas están aquí y los candidatos allá, muy lejos”.
Hoy, a su muerte, la Real Academia Española ha dicho que es una “figura irreemplazable” y el Instituto Cervantes le ha llamado “un hombre universal”. Lo mismo ha dicho su amigo, el premio Nobel Mario Vargas Llosa. Ambos escritores en múltiples ocasiones se proclamaron amantes y defensores de la Fiesta Brava de la que tanto disfrutó el maestro Fuentes (QEPD).
Puyazos con la punta de la pluma