La semana pasada ha tenido dos aconteceres que dejan huella, por la tremenda personalidad de los dos protagonistas de estos hechos. El primero de ellos en Madrid, tradicional Corrida de la Beneficencia, evento que suele ser presidido por el rey español, quien en esta ocasión aún convaleciente, por aquello del accidente con el paquidermo, envió en su lugar y representación a la infanta Elena, quien además llevaba la encomienda, tal como lo hace el propio rey cuando asiste a esta corrida, de esperar en la llamada "Puerta Grande" a los toreros actuantes, para personalmente manifestarles el agradecimiento de la Corona por su participación en tan magno evento de orden benéfico.
Pero esta vez, la Infanta no sólo ha tenido que esperar un buen de tiempo debido a que una verdadera multitud se ha llevado al torero de Extremadura a hombros, más allá, mucho más, allende la emblemática puerta, pues la verdadera locura y no otra cosa ha sido lo que ha provocado el toreo de Talavante que ha cortado una oreja a uno de Núñez del Cubillo y una al de Victoriano del Río, toros que le tocaron en suerte y que ha, lidiado en medio de la vorágine de aplausos que ha armado en la plaza.
Pero no sólo el gran tiempo de espera de parte de la infanta es digno de comentar; también su asombro al ver el lamentable estado de la ropa de torear de Talavante, prácticamente destruida la mitad del vestido grana con muy rico y recamado bordado de corazones en oro, con cabos y remates albos y pedrería en esmeralda, mismo vestido, cuyos restos fueron obsequiados por Alejandro a su amigo Ángel Luis Pavón. ¡Qué envidia!
El propio Talavante ha escrito, repitiendo lo dicho por José María Manzanares: “La cara de la Infanta cuando me ha visto sin medio traje después de la puerta grande, ha sido muy graciosa...Y la salida por la puerta grande ha sido tremenda, la más dura de mi vida, jaja, que pasión de la gente. Que bonito poder provocar eso"."Gracias al público de Madrid por su respeto y entrega, es tremendo torear aquí, las sensaciones se aborbotonan...". Concluyó en su twitter.
Otro, que ha llenado las crónicas de palabras de asombro por su valentía, entrega y ya muy madura personalidad es Julián López, quien en la plaza de Zaragoza fue aparatosamente cogido por su primero, que tras haber sido voltereado, y revolcado por el de Benjumea, que le ha provocado una seria lesión: Luxación grave, de tercer grado en la articulación del hombro derecho. Esta lastimadura saca la cabeza del hueso humero de la cavidad que normalmente le alberga, formada por la clavícula y el omóplato en lo que anatómicamente se llama: articulación acromio-clavicular, y es de tercer grado porque además de dejar "fuera de lugar" la cabeza del húmero, ocasiona, por la dislocación: perdida de la movilidad, lesiones en los elementos articulares, desgarre y por supuesto un intenso dolor. La fotografía tomada al "Juli" cuando se acerca al burladero, ya sin la chaquetilla puesta, pero al través de la camisa y con el chaleco puede apreciarse la enorme y dolorosa deformidad. Aún así, Julian tomó la muleta y con el estoque en la izquierda se tiró a matar en un acto de verdadera hombría. Él, Julián López Escobar, dueño de una enorme fortuna, propiedades y fincas, se quedó ahí, frente al toro para matarlo con un soberbio estoconazo de antología, cuando lo más fácil y que hace cualquier mortal y él pudo hacerlo; era quedarse en la enfermería, la lesión lo justificaba en exceso. Ahora viene un largo y complicado período de convalecencia y rehabilitación.
Como ya se sabe Talavante sustituye Julián en Bilbao el domingo 17. Excepcional temporada europea esta, en la que un puñado de toreros se han dedicado, aparte de abrir puertas grandes, a colocar letreros de: "NO HAY BOLETOS" en las taquillas de las plazas en que aparecen acartelados; ellos son, además de los dos comentados líneas arriba: José Antonio Morante de la Puebla, José Maria Manzanares y Sebastian Castella, quienes, junto con el que viene José Tomás, tal parece que van a dejar sin chamba a los demás coletudos.
Puyazos con la punta de la pluma