¡Se ha detenido el mundo! ¡El día que Dios tuvo envidia de los hombres! De esta magnitud y expresividad han sido los titulares de los diarios para etiquetar lo ocurrido en el coso de Pardalera, en Badajoz, tercera de las corridas de la feria de San Juan, el 25 de estos, con entrada a reventar y cartelillos en las taquillas de: "NO HAY BILLETES", con un calor en las tribunas que pusieron el clima, la expectación y el ambiente a 40 grados de temperatura.
Se lidiaron cuatro toros de “Garcigrande" y dos de "Domingo Hernández Martín", todos de muy respetable presencia. En el cartel de la capital Pacence; el jerezano Juan José Padilla, de malva y oro vestido; de Galapagar, José Tomás, de azul purísima y oro — por cierto el llamado "Príncipe de Galapagar" ha dicho que: "Así de purísima y oro, debiera el hombre vestirse siempre, no solamente para torear"— y, de nazareno y oro el de Velilla de San Antonio, Madrid, Julián López "El Juli".
Contando con la increíble disposición a nivel "entrega absoluta" de Juan José Padilla, quien ha sido el único de los tres en salir de la plaza por su propio píe, habiendo los otros dos alcanzado un triunfo del qué crónicas y reportajes se expresan en los términos que inician esta columna, saliendo Julián con las dos orejas en mano de cada uno de sus toros y José Tomás con una oreja del primero y las dos del segundo.
Resaltamos aquello de que el lunes pasado fue el día en que: "Dios envidió a los hombres" haciendo referencia al toreó, realidad manifiesta de auténtica creación; Julián, toreando de mano muy baja, enfrentando los riesgos de una actuación de gran esfuerzo ante el reto de una no muy total recuperación de la reciente lesión, actuando contra la prescripción médica de reposo, pero toreando de forma apabullante.
Ambos, el de Galapagar y el madrileño han logrado crear para el toreo moderno, lo que "a Dios se le había olvidado crear", José Tomás ha dado una tanda de naturales que por su naturaleza resultaron sobre naturales y que "Dios nunca imagino crear y en ese momento sintió envidia del hombre". Ese día, por lo ocurrido, los dos, “se han hablado de tú con Dios”. (mundotoro.com dixit.)
Y de este fenómeno taurino que se llama José Tomás debemos decir que para el presente año ha firmado únicamente tres tardes, la ya toreada en Badajoz y dos más; una en Huelva y la tercera en la plaza gala de Nimes.
Por esta tercia de actuaciones su apoderado Simón Casas le ha firmado por un millón, cincuenta mil euros lo que da un pago por corrida de 350 mil euros, que nos hace pensar que para los tiempos venideros a este matador fuera de serie se le podrá ver, aquí en México únicamente en la plaza de Insurgentes, en la monumental de Aguascalientes, por una deferencia especial de la tierra de la gente buena con la que él tanto se identifica y quizá, más en veremos, que ya es un hecho, en la de Guadalajara.
Esto es lo que nos ha hecho pensar en el título que hemos dado a esta columna, porque resulta innegable que este Príncipe del toreó maneja como filosofía de sus actuaciones: "De lo bueno poco" y en este caso, poquísimo; el cambia el ajetreo de otros tiempos de torear cerca de cien corridas o enfrentar el viejo reto de rebasar más de 100 festejos en una temporada, por únicamente 3 en plazas de Europa. Ah, pero que manera de torear, y lo que más asombra es que en Badajoz, como en cualquier plaza que se presente, al torear lo hace dejando la impresión de que apenas el día anterior mató un difícil lote y que así ha venido haciéndolo, siendo que se toma descansos, paréntesis de hasta 6 meses o más, cuando el resto, los del montón que suelen estar mal, se excusan diciendo que: "NO le han visto la cara al toro en los últimos días", que "la falta de oportunidades", cuando la verdad la pinta José Tomás, haciendo toreó de pura verdad, entrega y dejando bien claro que para tener “sitio” lo que hace falta es pensar, mentalizarse las 24 horas en esa profesión cuya esencia es la entrega absoluta.
Puyazos con la punta de la pluma