Filósofo nato, representante ilustre de la sabiduría del pueblo expresada en la palabra, dicharachero con una carga de sabiduría enorme: Fortino Mario Alberto Moreno Reyes, quizá debido al lugar donde su madre, doña Soledad Guisar Reyes Moreno, le trajo al mundo, la muy populosa Santa María La Redonda, en el corazón capitalino, venía ya "de nacimiento" con esa genialidad populachera.
Creció, se educó y formó en el mero barrio de Tepito, ocupó el sexto lugar de doce hermanos, siendo su padre don Pedro Moreno Esquivel, cartero de ocupación, inquietó y con vehemente deseo de ver a su hijo convertido en profesionista, empujó al también inquietó Mario a inscribirse en la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de México.
El joven, ante la necesidad de llevar unos pesos a su casa y otros a su bolsillo, se inició como imitador y bailarín llegando luego, incluso  a someterse a las tranquizas y golpes del mundo del boxeo. Todo esto le llevó tempranamente a iniciar sus pininos, tras las candilejas de carpas y teatros.
De forma vertiginosa ascendió del teatro al cinematógrafo, siendo la característica que le hizo ganar, fama y dinero su muy peculiar forma de hablar y expresarse; qué dice la anécdota, derivó de una situación harto jocosa, cómica y embarazosa que le ocurrió en el escenario de un teatro de Jalapa, Veracruz, ocasión que resolvió de manera brillante con su hablar tartamudo y enredoso.
De ahí a la fama.
Su pensamiento sobre la fiesta, nos da una visión de que fue un aficionado cabal. En una entrevista reproducida en los números 112 y 113 (abril-mayo de1980) de la revista "Comunidad CONACYT", Mario Moreno dice lo siguiente:
"Para hablar de toros, cualquiera puede hablar...pero, para hablar de toros bravos, ya hay que cambiar de toro y de tercio...y así poder hablar de pitón a pitón, siempre dando el pecho...Porque ya se ha dicho, que no es igual ver los toros desde la barrera, que estar en la barrera y no saber de toros...Yo, desde luego, no pretendo saber más que aquellos que deberás saben, pero mi punto de vista es diferente, porque yo si he estado cerca del toro, o más bien, el toro ha querido estar cerca de mi...Que el toro es una cosa sería, sí se los puedo asegurar...Tan seria que yo no he visto reír a ningún toro.
Eso no quiere decir, que en la fiesta no haya alegría y cosas que provoquen risa. Por ejemplo, yo he visto, porque a mí me consta - sin poder asegurarlo - que muchas veces se dan casos en que nos sabe y sin embargo, ahí está el toro. ¿Qué quiere decir?...¡Que hay toros alegres!...¿O usted nunca ha leído de algún cronista, que el toro embistió con alegría?...En cambio, nunca habrá sabido de ningún toro que haya muerto embargado de tristeza...Pero, pasando a otro tercio y con permiso de la autoridad, yo he hecho muchas veces el paseíllo y pueden creerme, que el miedo no anda en burro...¡Sino en toro!...Y es que el toro va a lo que va...y el matador viene a lo que viene. Y si el que va, se encuentra con el que viene y no hay un entendimiento, entonces ya sabe a lo que se atiene".  

Vale la aclaración de que el llamado "Gran mimo" vivió en una importante cercanía con la fiesta brava, pues su enorme afición le llevó a "vestirse de luces" muy a su peculiar estilo; haciendo el paseíllo y enfrentándose a novillos de respeto y buen trapío. Es importante dejar bien asentado, que para torear de manera bufa, con la graciosidad y el garbo con que  llegó a hacerlo Mario Moreno, se requiere además de los conocimientos básicos y de técnica del toreo, un gran valor, inteligencia para resolver enfrente de la cara del toro y una genialidad que ya mucho ha sido descrita como "duende". Maestría en el torear que le llevó a conquistar públicos ajenos a la fiesta brava, como ocurrió con el "Globo de Oro" que le fue otorgado en la categoría de Mejor Actor por su soberbia actuación en "La vuelta al mundo en ochenta días" producción británica realizada al lado del celebérrimo "David Niven".Cinta en la que desde luego como escena estelar “Cantinflas” en el papel de “Paspartú” torea y lo hace muy bien. En el cine se recordarán por siempre sus participaciones como actor y torero el "El Padrecito" y anteriormente en "Ni sangre, ni arena". No está por demás decir que en todas sus, y fueron muchas actuaciones en plazas de toros en festivales, la mayoría benéficos, los llenos era de carteles de “NO HAY BOLETOS”. Su inquietud y enorme afición le llevaron, con gran entusiasmo a convertirse en ganadero de pura cepa, criador de reses bravas con el hierro de "Moreno Reyes Hnos.” con divisa “Obispo, verde y oro”.
Rematamos  este texto con lo dicho por quien actualmente se ciñe la corona del torero como poseedor de romanticismo y duende en mayor dosis, José Antonio Morante de la Puebla quien en un sentir y mejor decir, hablando en similitud con el gran "Cantinflas", haciendo analogía de su filosofía comparando la situación frente a él toro y la vida ha dicho: "Estoy más cómodo delante del toro que de algunas personas que sabes sus intenciones".

 

Anecdotario de Manolete
Al paso del tiempo la figura de Manuel Rodríguez "Manolete" crece enormemente, sobre todo por la recia personalidad del llamado "Monstruo de Córdoba". En estos días del pasado agosto en que se cumplió un aniversario más de su trágico encuentro con "Islero" en el ruedo de la plaza de Linares, sustituimos la anécdota por la poesía, que en este caso, identifica plenamente la personalidad de "Manolete" con lo dicho por el maestro Pepe Alameda:
"Estas tan fijo ya, tan alejado, que la mano del Greco no podría dar más profundidad, más lejanía a tu sombra de mártir expoliado. Te veo ante tu Dios, el toro a un lado, un ruedo sin límites, sin día, a ti que eras una epifanía y hoy eres un estoque abandonado. Bajo el hueso amarillo de la fuente, tus ojos ya sin ojos, sin deseo, radiográfico, mítico, ascendente. Fiel a ti mismo, de perfil te veo, como ya te verás eternamente, esqueleto inmutable del toreó".