Acertadamente, el pasado viernes en su columna “Garganta Profunda”, el periodista Arturo Luna Silva comentó que Fernando Moreno Peña, delegado del CEN del PRI en Puebla, sabe muy bien lo que es una elección de Estado porque el operó una en Colima cuando era gobernador, y fue anulada porque nuestro personaje metió las manos en el proceso.
Pero lo realmente rico de la columna no es que Moreno Peña operó una elección de Estado cuando fue gobernador, no. Lo realmente rico es analizar las causas por las cuáles el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección a gobernador en Colima.
Todos los argumentos presentados en su momento por los agraviados coinciden con lo que hoy ocurre en Puebla, en donde —como ya lo he dicho en repetidas ocasiones— existen todas las causales necesarias para argumentar la anulación de la elección a la presidencia municipal por haberse violado el principio de equidad. Vayamos por partes.
Dice Luna en su columna que la elección de Colima la anuló el Trife porque: “(Fernando Moreno Peña) alteró el principio de equidad en la contienda electoral, porque con su influjo o ascendencia quebrantó el principio constitucional de imparcialidad; las irregularidades en que incurrió (el gobernador) deben considerarse como graves y generalizadas.
”(…) Están plenamente acreditadas las irregularidades que se centran en la indebida intervención del titular del poder Ejecutivo estatal en la elección del gobernador del estado de Colima, determinantes para el resultado de la elección respectiva.
”Esta Sala Superior advierte que la gran mayoría de las acciones que (Fernando Moreno Peña) emprendió fueron con el objeto de beneficiar al candidato a gobernador postulado por el PRI y en detrimento de las candidaturas de los demás contendientes para ese mismo cargo, en particular los postulados por el PAN y PRD, siendo que las descalificaciones que emitió hacia estos, el uso de recursos públicos, las detenciones llevadas a cabo el día de la jornada electoral contra militantes de estos dos partidos y la difusión de obra pública, adminiculada con la recurrente declaración expresa del gobernador en el sentido de que la obra de su gobierno encontraría continuidad de resultar ganador el candidato en cuyo favor sistemáticamente se pronunció, influyeron determinantemente en el resultado de los comicios; de no haber tenido lugares tales irregularidades graves plenamente acreditadas, el ganador podría razonablemente haber sido otro.”
Como concluyó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la participación de Moreno Peña en los comicios fue “significativa”, “intensa”, “incesante”, “deliberada” y “sistemática”.
Hasta aquí la larga pero necesaria cita. Ahora sólo cámbiele el nombre del gobernador, del partido agraviado y del estado, y póngale el de Puebla y dígame si no existen todas las causales para anular la elección en la ciudad y en varios lugares del estado.
La sola presencia del gobernador en espectaculares al lado del candidato de Puebla Unida a la alcaldía, Antonio Gali, previo al inicio del proceso electoral constituye una causal de inequidad y el pretexto necesario para anular la elección. Por eso el equipo de Enrique Agüera cuenta con un grupo muy importante de abogados electorales para sentar el precedente.
Claro que Moreno Peña sabe lo que es una elección de Estado, por eso sabe lo que hoy ocurre en Puebla, faltaba más.
Y llegaron los golpeadores
La contienda electoral entró en una etapa crítica y es que ambos equipos optaron por irse de una vez preparando para el inminente choque de trenes que se avecina y que, como pocas veces, puede derivar en violencia.
Para apoyar la denominada operación Torbellino, puesta en marcha por el morenovallismo, desde el pasado viernes se hicieron llegar “grupos de choque” provenientes de Veracruz y Tabasco, cuya encomienda es retirar la publicidad de Enrique Agüera Ibáñez y repartir propaganda “negra” por toda la ciudad en contra del candidato de la coalición 5 de Mayo a la presidencia municipal de Puebla.
Los “grupos de choque” importados por el morenovallismo están bien identificados, cuentan con una clave en caso de que sean detenidos, pero además están dotados de equipos de radiocomunicación, además de contar con motocicletas para poderse desplazar a toda velocidad por las calles de Puebla y son apoyadas por algunas camionetas Pick-up.
Las brigadas morenovallistas cuentan con todo tipo de apoyos por parte de las autoridades, las cuales tienen órdenes directas de no detener a ninguno de los implicados en los operativos.
Su efectividad está a toda prueba, ya que estuvieron presentes en la pasada elección de 2010. Hay quienes se atreven a decir que estos grupos aún obedecen órdenes de una mujer que opera desde el penal de Santa Martha Acatitla.
Pero del otro lado tampoco están mancos y ya solicitaron el apoyo de los “grupos de choque” del Estado de México, tal vez los mejor capacitados en el área.
La capacidad de estos “comandos” también está probada, ya que se han medido a lo mejor de lo mejor, operaron por primera vez en la elección de Enrique Peña Nieto a gobernador, luego practicaron en varios estados de la República siempre leales a las órdenes de los mexiquense, apoyaron Eruviel Ávila en 2011 y más tarde se graduaron enfrentándose a los pejistas en la elección presidencia de 2012.
Ahora la nueva arena política es Puebla, entidad que nunca en su historia había vivido una situación similar a la que está por verse en los próximos días, porque al parecer así lo quieren ambos bandos.
Félix Casiano, la mejor opción en Cuautlancingo
La mejor campaña hasta el momento en este cercano municipio a la capital la ha realizado el candidato de Puebla Unida, Félix Casiano, quien es el único que ha presentado propuestas serias a las necesidades de su demarcación.
Conciente de que la inseguridad es el principal problema que azota a este municipio, Casiano ha planteado “blindar” a Cuautlancingo mediante la puesta en marcha de sus sistema de monitoreo por cámaras en los principales puntos de la localidad, además de la creación de Centro Integral de Respuesta Inmediata para atacar al crimen de manera expedita.
La oferta es una de las mejores para la zona, además de que por supuesto está el tema de mejorar los servicios públicos.