Herida por asta de toro, penetrante de abdomen con abundante hemorragia interna de trayectoria hacia arriba que lesiona la bazo, por lo que durante la intervención se decide practicar esplenectomía total, extirpación de bazo. 
El paciente de origen estadounidense Patrick E., de 20 años de edad, fue operado en el Complejo Hospitalario de Navarra donde pasó en el postoperatorio inmediato a la unidad de cuidados intensivos, donde evoluciona favorablemente dentro de la gravedad y severidad de las lesiones. 
Ha sido un toro de la ganadería de “El Pilar” de los que dos toros, un castaño y un negro, se han separado del resto sembrando el pánico en la calle de Santo Domingo, el castaño pronto se ha incorporado al grupo y el negro ha embestido a los mozos y es el que ha arrollado al corredor. 
Y es muy meritorio y digno de encomio el trabajo de los pastores de camisas verdes quienes con sus largas varas de membrillo han logrado que el presunto culpable se incorpore al resto del encierro y al entrar al albero de la plaza continuó embistiendo a lo que se movía.
Además fueron atendidos de heridas por asta de toro: J. M. B. P. de 42 Años de edad con dos lesiones en brazo y axila derechos y D. M. V. de Morella, Castellón, con tres heridas: en región inguinal derecha, en la rodilla derecha y otra en el muslo. 
Los traumatismos que son las lesiones más frecuentes en Pamplona sumaron cuatro; de todos estos lesionados, cinco de ellos requirieron hospitalización.
Las fotografías resultan dramáticas pero, igual que los encierros de San Fermín, encierran toda la verdad que representan los toros de lidia, así como el arrojo y la valentía de quienes corren los encierros.