Desde luego que los principales protagonistas de la Fiesta de los Toros, lo son en primer lugar: El Toro y luego los Toreros, viniendo atrás las autoridades, las empresas, los medios, todos los trabajadores del mundo del toro y aquí menciono de manera especial a los concesionarios, transportistas y por supuesto, los aficionados. Quiero agradecer el envío de la foto que ilustra esta nota de manera especial, a la afición de Monclova, Coahuila, a Esteban García por compartir la ilustración y creo que bien pensaba que iba a ser utilizada tanto como un verdadero "Puyazo" sobre el morrillo de los responsables de tan tremenda atrocidad, también la usaremos como material de denuncia en Blog de Toros en: www.e-consulta.como/blogs/toros/ 
Pero la foto además de altamente ilustrativa, a más de lo valioso como imagen y prueba de salvajismo; de lo que NO debe ser, de lo que NO debe ocurrir; conlleva otras cargas de irresponsabilidad de gran peso. Debe de existir para este tipo de maniobras, el llamado "transporte sanitario de carnes" vehículos especiales, camionetas cerradas con caja de refrigeración con sus debidas capas y materiales aislantes para conservar el frío y por tanto lo que transportan a temperaturas adecuadas. En las plazas de toros debe existir un área acondicionada, no es una cosa del otro mundo, llamada "destazadero" donde se cuente con agua, abundante agua para lavar las carnes de las reses lidiadas que una vez abiertas en canal, se cuelgan en ganchos de soporte alto que permitan el adecuado sangrado de las carnes; todo esto supervisado por personal médico-veterinario quienes debe revisar las carnes, su ausencia de parasitosis y otras enfermedades que pudieran representar un riesgo para la salud de quienes le consumimos. Una vez revisada, la carne debe ser "sellada", colocar un sello en diversas porciones, sobre todo las más comercializables de manera visible para facilitar su inspección y verificación de procedencia en los diversos puntos de control. Resulta obvio que para que la carne pueda ser sellada se requiere de su previo desollada es decir quitarle toda la piel, que ya sabemos, tiene un alto valor en la industria de la peletería. En caso de no existir en una plaza de toros las instalaciones mencionadas, que por cierto también puede llamarse "desolladero", se vale llevar todos los restos a un rastro, el municipal o uno privado autorizado. Pero siempre en un transporte higiénico, adecuado y cerrado.
La foto que mostramos nos deja bien clara la atrocidad, burla y falta de respeto cometida, por los organizadores del festejó, de los comisionistas, los dueños de la concesión de los llamados "esquilmos", para la venta y el adecuado transporte de la carne. Culpables, sin ser presuntos. Definitiva e indiscutiblemente culpables: la empresa organizadora del festejó, los comisionista, llamados introductores de la carne, pero sobre todo, las autoridades municipales. La ausencia de vigilancia sanitaria, también es responsabilidad del municipio y aquí se involucran también las autoridades de tránsito tanto municipal como estatal al permitir la circulación de la camioneta protagonista de esta foto, que por cierto luce de modelo reciente y de alto costo. 
Pero sobre todo esto vale el comentario: Sí nuestra fiesta pasa por momentos críticos de ataques, negatividad, bloqueos, insultos, oprobios y es víctima de vituperios y manifestaciones en contra, para que fomentar esta repulsa con escenas de la magnitud de horripiláncia de esta foto. Y Monclova con su Feria llamada “Monclova Feria del acero 2013” no es de los municipios del país de los clasificados de alta pobreza y marginación, se encuentra en una zona de desarrollo, entonces; ¿De a cómo y cuánto fue la untada de billetes para permitir este tráfico ilícito?
Y, a propósito de irresponsabilidades, ¿Hasta cuándo, alguna autoridad Federal o Estatal va a meter las manos en la llamada huamantlada? Ante la total incapacidad y desinterés de las autoridades municipales. Este año, han abundado en las redes, portales y medios las fotos y vídeos que muestran el alto grado de desorden, embriaguez y el gran riesgo en que se han convertido estas fiestas a nivel de pavimento, donde el peligro de una catástrofe cada vez es más palpable. Doscientos mil desaforados y eufóricos asistentes alcoholizados que se entremezclan en las calles con una veintena de toros de lidia, son una amenaza que se manifiesta con entradas cada vez más flojas, sin llegar a los llenos de antes en los tendidos de la plaza. Pues, claro ¡Si el miedo no anda en burro!  
 
“Esto no puede ser”.
 
 
Huamantla 2013, el ordenado desorden.