Las manifestaciones masivas en este país han logrado convertirse en un dolor de cabeza no sólo para las autoridades de todos los niveles de gobierno y poderes, sino para los miles de ciudadanos afectados por los bloqueos de calles, “secuestros” de dependencias, casetas y hasta del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
No existe entidad federativa exenta de este tipo de actos promovidos por algún tipo de afectación personal, económica o profesional. El derecho de quienes se inconforman es tan válido como el de el resto de los habitantes, por lo que nadie, ni de una parte ni de la otra, debería violentar al de enfrente, ya que al hacerlo pierde la autoridad moral de exigir respeto.
Lo que sucede en la ciudad de México con los maestros integrantes de la CNTE, quienes —sin ser encuestador profesional, les aseguro— ya perdieron cualquier tipo de credibilidad, comprensión y apoyo de parte de la generalidad de los ciudadanos y será, para desgracia de muchos y alegría de algunos cuantos, el nuevo modus operandi de quienes gustan poner el pie a todo aquello que va caminando.
O acaso usted, amable lector, ¿tendría algún tipo de consideración hacia aquél o aquéllos que provocan que llegue tarde a alguna cita, pierda algún vuelo, desquicie la ciudad o actúe violentamente a fin de ser escuchado? Le aseguro que la respuesta es no. Y es que para mala suerte de los maestros inconformes con la aprobada Ley General del Servicio Profesional Docente más de la mitad de los mexicanos desconoce su lucha, a raíz de que su desquiciada actitud superó el derecho de exigir conciliar la reforma que perjudica principalmente a los profesores que ejercen su trabajo en las comunidades más pobres y alejadas del país.
La mala noticia no termina ahí. Las reformas estructurales continuarán durante el presente año y como consecuencia la costumbre de “secuestrar” las principales calles de la capital y por consiguiente y de forma paralela en las ciudades de mayor importancia (incluida Puebla). De entrada, los maestros ya anunciaron mantener “secuestrada” a la ciudad de México y, para que no quepa duda de hasta dónde hemos caído, el domingo inician las manifestaciones en contra de la Reforma Energética, abanderadas por Andrés Manuel López Obrador. Dicen que casi 6 mil poblanos participarán.
Y la pregunta de los 64 mil… Y nosotros, ¿qué?