Con un sencillo, pero no por ello poco emotivo homenaje al matador Paco Camino, el otrora llamado “Niño sabio de Camas”, quien con la sencillez que le caracteriza se negó a dar la vuelta al ruedo de la monumental Plaza México limitándose a ir a los medios y desde ahí recibir el cariño de un público que recuerda sus hazañas en la cumbre de su carrera, allá por los años sesenta y setenta del siglo ya pasado. Así, con un acto lleno de recuerdos y muy emotivo arrancó la temporada grande 2013-14, siendo el abridor el capitalino José Mauricio, de verde botella y oro con cabos blancos vestido, quien recibió a “Rompe muros”, el que abrió plaza y temporada. Muy bien atildado y artista, nuevamente ha dejado constancia de su clase, aunque en su segundo pareció perder la brújula y buena parte del respetable se lo reclamó.
Alejandro Talavante, ahora apoderado por Manuel “Curro” Vázquez, salió vestido de Nazareno y bordados en azabache con vidriantes que hacían muy buen contraste; deleitó mucho con su toreo variado y de manos bajas y sí la propuesta de Talavante es hacernos recordar a los artífices del toreo mexicano, con sus parones de recibo a su primero, nos ha hecho recordar al “León de Tetela” Joselito Huerta. Y con la muleta también ha estado mostrando un amplio y variado repertorio, aunque sin encontrar colaboración en los dos toros de su lote, por lo que decidió regalar uno que hizo séptimo, que tampoco tuvo materia para elaborar la faena que Talavante se pasó la tarde queriendo bordar.
Arturo Saldivar de obispo y un muy recamado bordado en oro, cabos y remates blancos, además de justificarse en plenitud, de nuevo ha dejado muestra del enorme coraje y las ganas que trae dentro de ser figura del toreo. De manera inesperada, después de haber cortado de manera muy meritoria la oreja de su primero, contando con el apoyo del gran sector del público que pedía para él la segunda peluda, muy bien no concedida; púes si bien la faena fue de buen trazo y momentos vibrantes; la estocada ha dejado mucho que desear siendo trasera y muy tendida. Contemplando quizá la posibilidad de que con el toro de regalo él de Badajoz se le fuera por delante, decidió Arturo regalar uno más que hizo de octavo y que tampoco fue propicio para nuevo triunfo.
La verdad, hay que decirlo es que resultaron desabridos los toros de Barralva. El sexto pitado en el arrastre como un calificativo al encierro por parte del conocedor público de La México. El primero de regalo, salido en séptimo llevó un nombre que hacía alusión a este juez-escribidor: “Pocos-pelos”. Y así, con pocos pelos de las peludas en la mano, sólo hubo un corte, el de Saldívar, salieron los tres alternantes en la tarde inaugural de la que, al menos en los carteles pinta para temporada de tronío, siempre y cuando la materia prima, los toros, cumplan con aquello que no tienen prometido, ni está escrito en los contratos, pero es la base de la motivación para acudir a los tendidos.