Va este texto para todos los aficionados jóvenes y para aquellos aficionados que, no siendo tan jóvenes, recién incursionan en la fiesta. Para aquellos desconcertados que en los tendidos aún no saben qué se debe aplaudir y qué no. Sorprendidos, los neo-aficionados muchas veces ven al espada, arrojar su similar, la espada, mejor dicho el estoque, simulado de “palo” y muleta al aire, mientras rodilla en tierra hacen un desplante de supuesta hombría ante un torete prácticamente in articulo mortis. Desconcertante. ¿Debe aplaudirse eso o no?

¡Por supuesto que no! Lo que sí es digno de todo aplauso y encomio es la actitud verdaderamente ejemplar de Manuel Benítez “El Cordobés”, el llamado con título oficial Quinto Califa de su tierra Córdoba y ahí en esa plaza de estilo mudéjar, llamándose así todo aquello construido al estilo árabe; obras de arte incluidas, dentro de territorio español durante el dominio, precisamente de los Califas.

En un festejo a favor de la lucha contra el cáncer Manuel Benítez ha salido triunfador con las orejas de su novillo de Domingo Hernández, que no fue una perita en dulce. Poniendo a prueba los 78 abriles del melenudo, otra hora rubio y hoy cárdeno ensabanado, verdadero fenómeno e ídolo en los años 60-70. Con la izquierda ha toreado con una sencillez que raya en lo sublime y dejando nuevamente muestra de que izquierdas como la suya, pocas.

Con él hicieron el paseíllo otros paisanos: “Finito” de Córdoba. Julio Benítez, el hijo reconocido de Benítez, José Luis Torres, Israel de Córdoba y a caballo don Fermín Bohórquez, otro que también debe llamarse por título nobiliario “Caballero en plaza” y cuya actuación da para teclear otro artículo tan interesante como éste.

Justo es decir que se trata del Quinto de los Califas, precedido por Manuel Rodríguez “Manolete”, y más antes en orden descendente: el “Guerrita” y “Machaquito”, y el primero de ellos “Lagartijo”, llamado así por el celebérrimo cronista taurino de curioso apelativo “Sobaquillo”, es Manuel Benítez, Califa del toreo por nombramiento dado en solemne ceremonia el 29 de octubre del año 2002 otorgado por el Ayuntamiento de Córdoba en el Alcázar de los Reyes a petición de numerosos grupos entre ellos el Ayuntamiento de Palma de Rio de donde es originario éste ya histórico “monstro” del toreo moderno. Y no está por demás traer al recuerdo la muy sonada presencia de este Manuel Benítez “El Cordobés” junto con el “Príncipe del Toreo” Alfredo leal y nuestro Joselito Huerta en el inolvidable Toreo de Puebla con reses de don Reyes Huerta un 25 de diciembre de 1964.

 

A sus 78 años de edad Manuel Benítez “El Cordobés” triunfó cortando dos rejas en el festejo “del cáncer” en Córdoba.

Bella, hermosísima estampa del antes rubio y melenudo “Cordobés” en una verónica de lujo. Véase el asombro de los espectadores, boquiabiertos.

Poder, mando, clase, estética, rectitud, los pies muy bien “plantaos” cualidades que aún conserva este “monstro” del toreo. Fotos: Fidel Arroyo.