Pasamos en esta entrega a comentar los muy interesantes movimientos que se ven en el estado actual del escalafón de matantes, que en estos días encabeza el queretano Octavio García, el llamado “Payo”, encumbramiento de mucho mérito, si tomamos en cuenta algunas consideraciones de hechos, circunstancias y aconteceres que se han dado en los casos de encumbramientos de otros toreros, que tenían, como es el caso de Guillermo González, conocido, igual que su hermano, como “Chilolo”, del matador Rafael Ortega, que contaba con su hermanos Othón, activo promotor de festejos, su apoderado y también hermano, y otro brother, el empresario Rubén, quienes mucho se encargaban de promoverlos y colocarlos en carteles, al igual que otro coletudo, su paisano de Apizaco, Uriel Moreno, quien a través de su señor padre, hoy su apoderado y representante, que durante algún tiempo se lanzaba como empresario organizando festejos zapatistas en los que Uriel encabezaba los carteles.
Estos interesantes casos dieron lugar a que en algún año, hace unos ayeres, especialmente Guillermo González “Chilolo”, para estas alturas del calendario, septiembre-octubre, estuviera en primer lugar del escalafón, con 80 o más festejos toreados; mientras su más cercano seguidor, al igual que ahora los que ocupan los primeros puestos, no llegaban a las 40 corridas. De ahí el gran mérito que deseamos señalar de “El Payo”, de colocarse en el primer sitio sin contar con ningún hermano, familiar o grupo empresarial que se dedique a organizar festejos con el fin de “colocarle”. Es decir, llega a la cumbre de la torería nacional por puros méritos propios, sin nadie que lo apuntale o lo acomode en carteles. Sus cifras de líder: 32 corridas, 37 orejas y un rabo. Otro que sigue el mismo camino es el cejijunto Arturo Macías, de quien debe decirse que se auto-coloca en la cumbre como resultado de su popularidad y el buen manejo que hace de su imagen, como el haber participado en la Carrera de las Estrellas Telcel, el pasado domingo en el ovalo el Autódromo Internacional de Aguas. Arturo es tercer lugar, con 22 corridas, 33 orejas y un indulto.
Entre estos dos toreros se ubica otro aguascalestence: Joselito Adame, quien tiene 30 corridas en territorio mexicano, a las que deben sumarse 25 más en plazas europeas, para un total de 55 festejos. Pero en las 30 en estas tierras suma 45 orejas, dos rabos y un indulto, contado sus actuaciones en plazas de ultramar sería líder absoluto, pero es el escalafón mexicano el que comentamos. Y en éste, Uriel Moreno “El Zapata” va en cuarto puesto, con 17 corridas, 27 orejas, 2 rabos y 3 indultos 3. Para definir el quinto lugar, ocurre algo curioso: dos coletas empatan en número de festejos toreados Fermín Spinola y Juan Pablo Sánchez, con 17 paseíllos cada uno. Pero en números se va por delante, Fermín con 27 orejas, dos rabos y dos indultos, y Juan Pablo pasa al sexto puesto, con 15 orejas.
Estas cifras, así escritas y leídas resultan frías e inexpresivas. Pero si nos vamos a lo sustancial, en materia de arte; su interpretación y aprecio personal, ahora sí que según gustos y preferencias, este escribidor pondrá al sexto en el lugar del primero. Desgraciadamente no es así, pero tampoco los números, el desorejadero y sobre todo los indultos definen los primeros lugares, pues Octavio García encabeza a los triunfadores sin indulto alguno, que, según se aprecia, no trascienden y tal parece que los llamados matadores de toros olvidan el quehacer primordial de su profesión y románticamente, o para dar gusto a los miles de animalistas que cada vez se cuelan más en los tendidos, obligando con sus absurdas peticiones de indulto a los torianderos a apegarse a las “tablas de Moisés” y cumplir con aquello de “No mataras”. ¿Pues qué no habíamos quedado en que los matadores de toros salen a eso a la plaza, a matar a los bravos toros? ¿Y que los señores ganaderos envían a eso a las plazas a sus toros bravos, a morir en la plaza? ¡Entre más lejos de tablas lo hagan, mejor!
Octavio García El Payo, por méritos propios, se encumbra en el primer sitio del escalafón de la torería nacional.
Sí a temple, quietud y mando vamos, Juan Pablo Sánchez pasaría al primer sitio, por aquello que dice el pasodoble: “Por su temple y su valor”, pero los números lo dejan en el sexto puesto.
Arturo Macías, en el auto número 22, durante las dos primeras vueltas al Ovalo Internacional de Aguas se mantuvo en punta, pero lamentablemente “pinchó en hueso” al romper la caja de velocidades. El problema ahora será si Telcel, que le invitó la carrera, le cobrará la reparación o se la cargará a su recibo de teléfono.
Con una actitud muy noble por una causa también noble, la Casa Hogar Dulce Refugio, los espadas, al volante en la Carrera de las Estrellas: Juan Pablo Sánchez, Ricardo Frausto y Arturo Macías.