Todavía vivía doña Nieves ¡Que privilegio conocerla, tratarla! Y lo que es motivo de gratos recuerdos, haber sido atendidos por ella. Por los corredores y jardines de la vieja casona hacendaría de “El Chichimeco”, andaba el matador Manuel Espinosa Acuña, serio, muy formal, como debió haber sido su padre el llamado “Maestro de Saltillo”, el segundo de los Armillas o “Armillita Chico”, Fermín Espinosa Saucedo, pero no por ello, dejando de ser atento.
De pronto, apareció el matador Miguel, también muy atento y amable con esa enorme sonrisa, o lo que es lo mismo, sonreía y parecía que los dientes caerían al suelo. Apareció en escena justo en el momento en que pagábamos a doña Nieves en la entrada de la casa, en la caseta de cobro, el peaje o cuota por pasar al recorrido. Miguel que saludó con un fuerte, tronado y cariñoso abrazo al Vale Lammoglia, aumentando la sonrisa y con ligero movimiento de cabeza; solicitó nuestra compresión al estricto protocolo de peaje, establecido y vigilado celosamente por su madre. Pues claro; sostener y mantener limpio tremendo caserón representaba fuerte gasto que en algo se financiaba con las “entradas”.
—Ya que les estas cobrando la entrada prepárales algo de almorzar. Yo invito, dijo el matador, a sabiendas que él tendría que cubrir el costo de la “jama”.
Y así iniciamos el recorrido de la casa, volviendo encontrar en los sombreados corredores al matador Manuel, caminando, pensando de seguro en los intriliguis de los cultivos de la vid, que desde su padre ahí cuidan con celo.
Pasamos por un sinnúmero de carteles colgados de las paredes, ahí estaban los de alternativa y grandes tardes del maestro Fermín, su histórica alternativa a los 16 años de edad con el toro “Maromero” de manos de Antonio Posada con el testimonio de Pepe Ortiz un 23 de octubre de 19227.
Por la edad, tuvo que confirmar su confirmación el 25 de marzo de 1928 en Barcelona, con el toro “Bailaor” ante el padrinazgo de su hermano Juan Espinosa el otro “Armillita”.
Y por supuesto admiramos los que ya son historia de Miguel: alternativado por el gran Manolo Martínez con el testimonio de José María Manzanares y Eloy Cavazos con el toro “Arlequín” en Querétaro, plaza “Santa María” el 26 de noviembre de 1977.
Para presentarse a confirmar “La México” como padrino, Mariano Ramos y de testigo Pedro Gutiérrez Moya “El niño de la capea” el 28 de diciembre de 1978 con el toro “Jarábe”. Ahora resulta fecha histórica su confirmación en “Las Ventas”, con el toro “Piconero” siendo padrino Manolo Vázquez y con testimonio de José María Manzanares en mayo de 1983, el día 25.
Se retiró de los ruedos en su natal Aguascalientes con el toro “Muletero de Oro” el 1 de mayo de 2005. Volviendo a vestir de luces para la importante confirmación de Cayetano Rivera Ordoñez en la “Monumental” de Insurgentes el 6 de diciembre del 2009.
Además, admiramos bien labradas y estructuradas vitrinas conteniendo los vestidos de luces que sumaron y gozaron tantas tardes de gloria
Recuerdos muchos, surgen hoy que el gran Miguel ha muerto de un sorpresivo infarto en la tranquilidad de “El Chichimeco”: aquel, inusual mano-a-mano mixto, entre el Maestro Miguel y Julián López “El Juli” con plaza llena hasta el reloj de la Monumental de aguas. La alternativa del mismo Julián, confirmación en La México, donde “Armillita” ofició de padrino y como testigo, nada más y nada menos que Mario del Olmo, gran amigo de esta casa editorial.
Llegó “Armillita chico” a torear más de 1000 corridas, una de las última fue la vez que juntos alternaron, el alternativado y el padrino “El Juli” en “La Concordia” de Orizaba.
FOTO 1. “Vidriero” de D’ Santiago, número 70 con 506 kilos de peso, toro de faena de orejas y rabo en “La México”, 26 de marzo 1995.
FOTO 2.- No hay palabras.
FOTO 3.- Julián López “El Juli” ha subido a las RsSs esta foto. Plaza “Monumental” de Aguascalientes el 4 de mayo de 1998.
4.- El capote de paseo con la imagen del “Cristo del Gran Poder” que tanto le gustara lucir al maestro, cubre sus cenizas.
5.- “Plaza México” llena a tope, tarde de confirmación de alternativa de Julián López. Padrino: Miguel Espinosa “Armillita”. Testigo: Mario del Olmo.
6.- Con visibles huellas de consternación en el rostro, Enrique Ponce acudió a despedir a su amigo y compañero.