Desde el martes 8 de octubre, en el Servicio Médico Forense (Semefo) estarían cuatro cuerpos de tres hombres y una mujer que fueron torturados y asesinados a cuchilladas por sujetos desconocidos, que además de encobijarlos y meterlos en bolsas para basura, les dejaron un mensaje que en una parte decía: "esto les pasa por ratas" y la otra parte del cartón ya no se supo lo que decía, porque fue arrancada.
A esos 4 cuerpos, la tarde del jueves 10 de octubre le anexaron otro más, que también fue abandonado en la misma zona, en la Covadonga, entre los municipios de Puebla y Tlaxcala y que también estaba encobijado y torturado.
Un primer reporte, aún no confirmado, indica que los primeros 4 encobijados serían vecinos de la zona de Puebla, y que pudieron haber sido trasladados desde el estado de Tlaxcala, además que en estos lugares no hay cámaras de video, ni de vigilancia.
Luego entonces los crímenes no habrían ocurrido en territorio poblano.
¿Qué buena noticia?
La otra lectura de este asunto es que la inseguridad es tan grande en la ciudad de Puebla que da confianza a mafias de otros estados para poder depositar cadáveres, sin riesgo de que sean detectados por alguna corporación de policía.
Esta inseguridad que existe en la capital del estado es consecuencia del vacío de poder, de estrategias y sobre todo de conocimiento de los principales mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, donde incluyendo la titular, quien actualmente prefiere delegar cualquier tipo de declaración a su jefa, la presidenta municipal de los poblanos.
En otras palabras, estamos tan mal en materia de seguridad pública que ahora la ciudad, además de la inseguridad y la corrupción con la que se manejan los cuerpos policiacos, también vamos a soportar que nos traigan cadáveres de otros estados.
Nos vemos cuando nos veamos