En este espacio le comenté que en la Fiscalía General del Estado fue presentada una denuncia por robo calificado, allanamiento de morada y lo que resulté en contra de Ernesto González Escamilla, titular del Grupo de Inteligencia y de Intervención Proactiva, con clave Troya.
Le comenté que la madrugada del martes 18 de febrero cerca de 20 elementos de la Policía Municipal, al frente de este comandante allanaron un domicilio donde viven los encargados del estacionamiento que se ubica a espaldas del Mercado Hidalgo, para robarse 53 mil pesos en efectivo, además de un frasco con monedas, correspondiente a propinas y otros valores.
La denuncia llevó a que se abriera una Carpeta de Investigación en contra del servidor público e incluso al día siguiente de la denuncia la Fiscalía General del Estado realizó una inspección ocular en el lugar donde ocurrieron los hechos.
Pues resulta que tras la denuncia un alto personaje de la SSC dio órdenes de que este mando fuera desvinculado de la denuncia, o sea que se le protegiera a como diera lugar.
Y entonces se dijo que la hoja de fatiga, o sea de trabajo del día de los hechos quedara por escrito que el mando Troya no se presentó a trabajar el día de los hechos.
En otras palabras, que el único que iba a salvarse de esa denuncia sería el comandante consentido, mientras que los demás sí serían castigados.
De darse esta protección al mando policiaco quedaría demostrado la complicidad con otros mandos de la SSC, de los abusos y delitos que estarían ocurriendo desde el interior de las fuerzas de seguridad municipales.
Contrario a lo que ocurre en el Estado, donde más de 40 elementos de la Policía Preventiva quedaron suspendidos al reprobar exámenes de confianza.
Debería de ser todos parejos.
Quien la deba que la pague.
Nos vemos cuando nos veamos