Un fuerte dilema tiene el Instituto para la Transparencia y Acceso a la Información Pública de Puebla, para abrir las oficinas o unidades de acceso a la información, detenidas desde el mes de marzo por la pandemia del Covid-19.
Fue una buena decisión que el organismo bajara la cortina.
De este modo quedaron suspendidos legalmente todos los términos de una solicitud de información y sus respectivas respuestas.
Para ser claro, si usted hizo una solicitud de información de cualquier tema a cualquier dependencia de gobierno, simplemente no hay fecha para que le respondan.
Pero todo tiene un porqué.
En este caso, no es tan sencillo poder trabajar las solicitudes de información desde las casas o hacer home office.
Todo debido a que los datos o documentos están en las oficinas y no pueden salir de ahí para ser entregados.
Ni modo que los empleados se lleven a sus casas los documentos o discos duros donde está la información.
Entonces, si no se hubiera bajado la cortina, se hubiera requerido una fuerte movilidad de personas en las oficinas, sobre todo en los ayuntamientos, con los riesgos a un contagio de Covid-19.
Ahora que los comisionados del Itaipue voten para reanudar las labores y con ello los términos de entrega de la información, no solo estarán decidiendo por el papeleo, sino por la vida o salud de cientos de personas.
Así de simple.
Por eso mismo, deberán reactivar las actividades de transparencia en el momento preciso y cuando las autoridades sanitarias determinen que ya no hay tanto riesgo de contagios.
Para eso, aún falta mucho, sobre todo si se considera que a finales de año se espera un repunte de contagios, debido a la llegada de influenza, que contribuirán a la confusión.
Por eso tendrán el dilema de hacer compatible la información con la salud.
Sin embargo, lo que fue cuestionable que pasaran tres meses para que se les ocurriera retomar las sesiones públicas, por la vía del internet.
Apenas a principios de junio mediante videoconferencia empezaron a sacar los temas pendientes, sobre todo de solicitudes de acceso de información rezagadas.
Desde entonces han realizado dos sesiones virtuales y la tercera será este miércoles.
En la última apenas resolvió un recurso de revisión y tres denuncias por incumplimiento a las obligaciones de transparencia.
Por lo pronto, todo parece indicar, que la transparencia tendrá que esperar un buen rato, desafortunadamente.
Nay, el quemón del año
La diputada federal Nayeli Salvatori se ha cansado en demostrar que lo suyo, lo suyo, no es legislar, sino el show y el escándalo.
Ella misma en videos difundidos en redes sociales, ha dicho que no iba a ser una diputada más, de esas serias y levanta dedos, sino iba a mantener su “originalidad”.
Y vaya que lo ha hecho.
Lo malo es que ha hecho de todo y ahora ya cobró fama nacional, pero por sus escándalos mediáticos y por los ataques misóginos que hizo cuando era locutora.
Pero de su trabajo legislativo, nada.
Desde el 1 de septiembre de 2018 a la fecha, solamente le han aprobado en San Lázaro una iniciativa de 33 que ha presentado.
En abril de 2019 le fue avalada la reforma al artículo 371 a la Ley federal del Trabajo en materia de libertad sindical y duración de sus representantes en relación a su directiva.
El resto fueron bajadas por ella misma o se encuentran en la congeladora.
Pero su show empezó en 2018 apenas se sentó en la curul, durante la discusión sobre el uso lúdico de la marihuana, pidió a los mexicanos fumarse un buen porro cuando se legalizara.
Después incluso criticó la lactancia materna para después arrepentirse y con su bebé en brazos, prometió defender este derecho.
Ya después vino lo del tik tok y lo de la ley anti memes, de lo que ya se ha hablado mucho.
Con razón ha sido escarnio nacional.
Ojalá en verdad cumpla ahora sí su palabra y se salga de la política, como lo ha dicho en sus videos y no ande pensando que puede ser presidenta municipal de San Pedro Cholula, como muchos le han dorado la píldora.
Pero todo aún puede ocurrir.
Tiempo al tiempo.