Tanto en el PAN estatal como en la sede de Morena ayer se hizo evidente la molestia de muchos de sus militantes ante la designación de candidaturas, algunas de ellas, todavía en el aire.
Aunque nadie duda que las peleas internas generarán desgastes y hasta alguna que otra traición el día de la elección, es claro que el golpe más fuerte se lo lleva Morena donde las tribus, grupos, fracciones o como gusten llamarles, se enfrentan despiadadamente.
Vamos por partes.
En el PAN las mayores quejas fueron sobre algunos distritos en donde las designaciones realizadas por la Permanente dejaron heridas que no se supieron o no se han querido atender pero que con un poco de política, negociación y dialogo se podrán arreglar.
En Morena es donde la lucha y sobretodo los saldos de esa guerra, son de pronóstico reservado.
Es claro que las personas que llegaron perfectamente sincronizadas hasta las oficinas de La Paz exigiendo, entre otras cosas, la destitución de Edgar Garmendia de los Santos tuvieron que ser convocadas por algún o algunos líderes y sin ser muy listos, es fácil deducir que entre esos organizadores están los integrantes del Consejo Estatal que el fin de semana pasado desconocieron, por segunda ocasión al presidente estatal de Morena.
Es tal el pleito que se traen dentro del partido lopezobradorista que hoy como desde hace dos meses, los militantes de la 4T tienen dos presidentes estatales, uno que reconocen las instituciones como el IEE o el TEEP y otro “legítimo” que jura que es él por mandato del Consejo aunque tampoco ha hecho mucho por su partido en estos 60 días.
De seguir las cosas como están, no dude que uno de estos días, el calor termine por alterar los ánimos y la violencia se haga presente.
Las encuestas de cuidado
Si bien los estudios demoscópicos son sólo una fotografía del momento que pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos, la encuesta de C&E Campaigns & Elections México que ayer se difundió, refleja precisamente que los pleitos internos de Morena están debilitando a sus actuales punteros y que Eduardo Rivera se adueñaría de esos votos, si hoy fueran las elecciones.
La diferencia, que no es la sentencia final, es amplia. El panista rebasa por 14 puntos a Gabriel Biestro en los careos, siendo este su más cercano competidor. Si se le mide con Claudia Rivera, el exalcalde aumenta su ventaja a 21 puntos.
Sin embargo, esta holgura es un arma de doble filo por lo cual, si el equipo del expresidente municipal realmente desea regresar al Charlie Hall no puede ni debe confiarse.