¿Seis de cada diez poblanos no conocen a Eduardo Rivera? ¿En serio? Cuando leí la encuesta del BEAP no podía creerlo. En realidad quienes estamos inmersos en los medios de comunicación o en el sector público —en el caso de los políticos y autoridades— olvidamos que en realidad a la mayoría de los poblanos les importa un comino lo que pase alrededor del ámbito político.
La encuesta me sorprendió enormemente pues luego del aplastaste triunfo de Rivera Pérez sobre Mario Montero (entonces candidato del PRI) que superó cualquier análisis, encuesta o expectativa por parte del mismo exdiputado, nadie imaginaría que meses después la mitad de los habitantes no sepa quién los gobierna.
Ante mi incredulidad aproveche la tarde de este jueves para hacer la prueba con quienes desde hace años ha sido mi grupo de amigas, las cuales, afortunadamente no tienen nada que ver con los medios de comunicación, ni con las administraciones municipales y/o del estado. Es decir, forman parte de ese grupo de personas —que parecen ser la mayoría—  que como ya le dije “les importa un comino lo que pase en la política”.    
La cita fue en un  restaurante de la zona de Angelópolis
Luego de los abrazos, besos, elogios y frases que hacían referencia a lo bien o mal que nos vemos cada una de nosotras, pues déjeme aclararle que en esta banda de las “niñas” no hay mentiras sobre lo gordas o delgadas que llegamos a estar, empezó la plática sobre el tema más relevante para la mayoría de las mujeres; los novios, maridos, amantes, o cualquier tipo de relación que tengamos con un hombre (incluye con el que sólo te envías mensajes de texto).
Tres horas después, un par de cervezas y unos “drinks” para el desenpanze, todo esto acompañado de regaños, consejos  y muchas, pero muchas risas, vino la pregunta expresa.
¿Ustedes saben quién es el presidente municipal de Puebla?
Todavía tengo la cara grabada de todas ellas, quienes con ojos a punto de salirse de sus rostros, pensaban seguramente que los vodkas ya se me habían subido a la cabeza, pues qué mujer cuerda en esa mesa se le habría ocurrido desviar el interesante tema por algo tan “absurdo y fuera de contexto”.  
Cosa que no era del todo cierta, pues ya hablábamos sobre la reventada de llanta que sufrió la camioneta de una de ellas por caer en un bache,  el recuento de los daños luego de que otra de ellas fue víctima de los amantes de lo ajeno y vaciaron su casa.
En el grupo somos siete —exceptuándome— las seis “niñas” se dedican al sector privado. Una tiene un negocio familiar, otra tiendas de ropa para mujer —soy su mejor clienta— otra en el sector mueblero, otra es médico, otra en una feliz esposa y mamá y la última trabaja en una empresa de consultoría de no sé qué.
Para no hacerles la historia más larga, resulta que cuatro de seis no sabían que el presidente municipal se llama Eduardo Rivera. Cinco de las seis no les importa y las seis al final terminaron coincidiendo que no importa quién sea o de qué partido provenga la autoridad porque siempre será lo mismo.
La verdad me convencieron. Plantearon cientos de ejemplos de los que vivimos diariamente la mayoría de los poblanos sin importar el nivel social al que pertenezcamos. La mala calidad de nuestras calles; el peligro que es manejar junto a una unidad de transporte público y ni hablar de las condiciones en las que viajen los usuarios; el alumbrado público y una lista interminable de mala calidad en los servicios. “Qué más da quién es el presidente —dijo una de ellas— todos son la misma chingadera.”
Esto no sucede con Eduardo Rivera, ha sucedido por los trienios de los trienos. Cómo pretenden los políticos generar interés en los poblanos, si cuando ocupan el cargo, se desocupan de quienes lo llevaron al triunfo.  
Lo que sí creo es que los resultados de la encuesta del BEAP debieron ser para Eduardo Rivera como para una mujer que se entera que su novio, que tanto quería, tuvo la osadía de olvidarla en tres meses (y eso sí duele).