La mala relación entre el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera y el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle no solo pone en riesgo el desarrollo de la capital poblana, pues es evidente que el alcalde tiene “amarradas las manos” en más de un proyecto, sino que ahora el ayuntamiento se ve en la necesidad de gastar dinero que no tenía contemplado.
Cuando Moreno Valle retiró del municipio a elementos de la Policía Estatal Preventiva comisionados a la seguridad de la capital, dejó en evidencia la nula relación entre ambos y aunque era un secreto a voces la realidad es que al presidente municipal le cayó como una cubeta de agua fría.
Ante la ausencia de elementos policiacos en Puebla, Rivera Pérez decidió enviar a las calles a quienes tenían la responsabilidad de resguardar la seguridad de las dependencias del gobierno municipal pero como tampoco pueden quedarse sin vigilancia decidieron que gastaran mensualmente 1.2 millones de pesos en seguridad privada.
La contratación de dicho servicio nos costará a los poblanos casi 15 millones de pesos al año. Para el presupuesto del ayuntamiento parece poco, sin embargo la medida no resuelve el verdadero problema de fondo. Es como darle aspirinas a un enfermo de cáncer.
De acuerdo con el artículo 115 constitucional, que habla de la autonomía de los municipios, establece que es responsabilidad de los mismos la seguridad de sus habitantes, lo mismo que los servicios públicos, etcétera. La pregunta es si cuando se registre un ilícito dentro de una dependencia municipal, ¿se responsabilizará el ayuntamiento o a la empresa encargada del cuidado de las instalaciones municipales?
No hubiera sido mas fácil establecer una línea de comunicación con el mandatario estatal (por cierto emanado del mismo partido) para resolver el conflicto y seguir los lineamentos ordenados por el propio Felipe Calderón quien ha insistido a todos los gobernantes del país por la creación de un mando único.
Desafortunadamente en el tema de seguridad mucho tiene que ver la percepción, la que tenemos los poblanos es que esta ha ido en aumento pese a que las cifras muestren lo contrario.
Este tipo de medidas impulsadas por diferencias político-personales entre quienes gobiernan la ciudad y el estado sólo provocan incertidumbre en la población y hace que los ciudadanos tengamos la sensación de que la inseguridad avanza.