El fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal, ya está enterado que su personal de mayor confianza se ríe a sus espaldas, que las órdenes que dicta se las pasan por el arco del triunfo, y esto ya le provocó problemas con la Secretaria de Gobernación y de Salud.
Los casos Covid-19 que se han registrado en la institución no solo han sido ocultados, sino además mal manejados por la dirección de Recursos Humanos y Adquisiciones, además de la Jefatura de Indicios, a grado tal que ahora significan un riesgo total para toda la Fiscalía General del Estado.
Se supone que Huri Verónica Herrera Corichi, la titular y Jorge Flores Mendoza, su incondicional, estaban a cargo de atender cualquier brote del contagio, que deberían de recibir cualquier reporte de empleados que se sintieran mal, para que fueran atendidos de inmediato.
Pero no fue así, pese a los reportes de personal con síntomas de Covid-19, no los enviaron a sus casas o recibieron algún tipo de atención, en lugar de esto les dijeron que no fueran flojos y que se pusieran a trabajar.
Pero esta irregularidad es normal, si se toma en cuenta la serie de veces que no solo Huri Verónica Herrera, le ha tomado el pelo a su fiscal, porque la servidor público ha utilizado el asunto de "pérdida de confianza" a discreción, para pedir renuncias a su antojo.
Un caso vigente es el caso de Leonardo Pacheco Ruiz, el ex director de Inventarios de la FGE, quien fue despedido por malos manejos en su trabajo y era tan protegido de la directora de Recursos Humanos que le inventó un título de ingeniero para que no lo corrieran por no tener título y también ocultó esto a la oficina de Transparencia.
Pero eso no hubiera sido posible sin la ayuda del oficial mayor, Cristóbal Arrieta Desentis, quien se ha hecho todo el tiempo desentendido, ocultándole todo a su Fiscal.
Pero ese silencio comprometedor del oficial mayor, se debe a que no quiere que lo acusen de tener "corazón de pollo", y su harem particular.
Nos vemos cuando nos veamos.