Usted debe de recordar a Ángel García Rosales, comandante del Sector 5 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

El comandante exhibicionista que se paseaba desnudo por las instalaciones del Sector 4, que incluso apareció en redes sociales, tras ser acusado por una de sus elementos.

Este comandante ahora es señalado de proteger a un malandro, identificado como El Margaro, quien es dueño de otra Maldita Vecindad, pero que se ubica en la 12 Poniente, que es nido de todo, desde venta de drogas, prostitución, hasta refugio de todo tipo de maleantes, que opera en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla.

El Margaro, de acuerdo con una queja, cuyo original ya debe de estar en el escritorio de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, tiene a su servicio al menos 10 sicarios dispuestos a obedecer cualquier orden, incluso la de desaparecer a integrantes de bandas rivales.

En la segunda Maldita Vecindad, además de la venta de drogas y de escondite de asaltantes de todo tipo, se expende licor adulterado, además de que se expiden permisos de todo tipo, expedidos por el Ayuntamiento de Puebla, obviamente falsificados, con todo y sellos.

Pero además este comandante tiene una cuota especial para todo tipo de comerciantes, principalmente quienes son dulceros o franeleros, a quienes les pide sus respectivos moches y quienes se niegan son detenidos bajo cargos inventados, con lo que también justifica el trabajo en la SSC.

Lo malo del servidor público es que también obliga a su personal a que cobren sus respectivas cuotas a comerciantes del centro histórico, incluso al Elektra de la 5 Norte, pese a que ha sido blanco de asaltos a mano armada.

Quienes mandan la queja piden que sea Asuntos Internos de la SSC quien lo investigue, además solicitan a la presidenta municipal que el servidor público sea separado de su cargo, mientras duran las investigaciones, que también debería realizar la Fiscalía General del Estado.

Nos vemos cuando nos veamos.